Lugares comunes

Les conozco, he estado más de una vez igual que vosotros, cuando nombrasteis a la luna triste y al sol enamorado de ella, no hace falta sonrojarse, qué haces cuando ni siquiera te han presentado a las metáforas, se han preguntado que sería de los girasoles sin amanecer o dónde se cortan los hilos rojos.

Hace un tiempo que llevo escribiendo y he aprendido una sola cosa, ninguno de mis poema deberían llamarse así, es un insulto, un descaro, es como hacer crujir hojas secas bajo sus pies y pretender que no estén deshechas, a eso llamo destruir y es casi una metáfora, también podría nombrarse imagen poética o retórica y esto tiene tintes de prosa poética.

He leído a algunos próceres de la poesía latinoamericana y a otros hago como que no los leo, los siento distantes; Sabines, Paz, Nervo, sin embargo están por ahí frases de poemas, extraídas con pinzas y presentadas como propias por algún que otro pseudo poeta y o u sucedáneo, «pasado por agua» como diría Vicente Moreno de la Tejera. A quién aprecio desde lejos, tanto en tiempo como distancia.

Por eso cuando escriben sobre labios recuerdo a Cortázar y esa mágica voz, para los que han escuchado a don Julio, pero mi error primero fue no querer leerlos y dármelas de innovador e incluso llamarme «Poetas Nuevos» como si lograra reunir en una sola persona todas las voces de la nueva poesía y cierto es que estoy lejos de ser algo nuevo, ya escribió don Nicanor Parra «ya todo está escrito», hasta tuve la tupidez de pensar que existe una nueva forma de llevar la palabra al corazón de vuestros ojos.

De momento seguiré en esos lugares comunes como todos los que escribimos, nos vemos allá donde la poesía osa ensalzarnos.

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