Hora 04:00
Llegamos a una especie de cráter pequeño donde el parpadeo de las voces se acentuaba, podíamos oírla ahí entre nosotros y de pronto nuestras manos se completaron en un círculo de tres, era ella mi amada mujer y madre de Joseph, ambos íbamos a decir su nombre y ella apretándonos fuerte nos pidió callar, no podía creer lo que sucedía y esa sensación de volver atrás en el tiempo de forma súbita, causó que ambos me apoyaran con un fuerte remezón, Umi está viva y el susurro de su voz cubría mis orejas, si John, aquí tuve que fingir mi muerte para no deshonrar más la palabra de mis padres cuando me entregaron.
Aún faltaba por amanecer y el sueño de la niebla la haría volver a sus terrenos, nos sentíamos como ese breve espacio de tiempo cuando fuimos padres de Joseph y él era un jubilo que nos unía más, ambos hablaron en lengua aborigen, luego sabría el porqué de todos estos años de ausencia en nuestras vidas, nos miramos y sin ver más que sombras nos sentimos nuevamente, nada había cambiado en nuestras almas. Esta fuerza sobrenatural respetaba el amor entre dos seres, como mi hijo y su prometida. Ahora éramos dos más con Umi y yo, caminamos al encuentro de la pequeña y avezada expedición.
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