Llegar a casa, encontrar una mujer,
– irreconocible con el tiempo –
estancada en las figuras del pasado
– desgastada relación de dos –
aún vistiendo los ochentas únicos
– paralelismo de pensamientos –
queriendo ser la que ya no es.
El mismo tapiz del sofá
– una piel ajada de tanto ver –
las mismas cortinas a medio filo
– caricias del sol en las tardes –
las lámparas tenues de tan tristes
– todos los días casi muertos al llegar –
como sus besos hechos de nada.
Ir a la cama y amar por el ejercicio,
– ese vacío no logras llenar con sudor –
esforzarse por parecer auténtico
– febril idea que no satisface –
cada roce, cada goce ensayado
– callar cuando amerita el hastío –
simular besos y caricias añejas.
Volver a tu lado de la cama y morir
– hacer de la infinitud martirio –
contarle a los sentidos dónde estás
– tragar y beber la oscura noche –
cuándo perdiste el camino hacia ella
– vomitar al amanecer la tristeza –
habrá vuelta atrás para ser feliz.
El título es perfecto.
Muchas gracias, por lo menos el título está bien.
Todo el poema está excelente. Hasta la de Chet Baker quedó genial con él.
La música tiene sus códigos y las letras tratan de sintonizar.
Así esto yo, por ella, no por mí: Casi triste.