Uno, dos, tres… hasta el piso treinta, un pasillo y a mi derecha la puerta del cielo, de las terrazas y una voz pidiendo auxilio, ella con gafas de diosa y un fulgurante ojo verde, mirándome feliz y encerrada.
Su acento imperial inundaba mi alma de alegría, las mariposas vuelan alto y con fuerza agitaban mi piel, mi timidez llena de colores y ese brillo indescriptible que viajaba por mis venas, llenas de fe.
Luego la puerta se abrió y fue bienvenido, estar vivo y en el cielo a la vez me permite escribir este momento único y mágico, electrizante terraza, de tonos vainilla el cielo, simplemente recordé ese film.
Él mira y aparece Sofía, su mejor amigo, un abogado y el chico de soporte técnico, tienes dos opciones le dice el encargado, sigues durmiendo criogenizado o te lanzas desde el edificio y despiertas. Wake up.
Continuará…
Ahhhhh! Me encanta.
Aún sigo encantado también
Me lo imagino… Jejeje… Un abrazo.