A los jóvenes de ayer
les quedó el alcohol
para matar las horas,
el cigarrillo esfumándose
entre las conciencias.
A los jóvenes de ayer
les quedó el sexo
en busca del amor,
el mismo vacío
del amanecer soleado.
A los jóvenes de ayer
les mató saberse
sin Dios y un abismo
interior. Pasaje y trance.
A los jóvenes de ayer
les esperamos
para sus descargos,
esa liberación del status quo.

Muy bueno!
Los jóvenes de ayer…