
Llego a sus orillas hecho agua de beber y me vive, desde la boca hasta escurrirme por su piel.
Llego a sus costillas y bebo a sorbos la respiración de sus risas, desde adentro donde vive su alma.
Llego a sus pensamientos de amor y cauce, de dicha y locura para vivir más allá de la palabra en su boca.
Llego lento y cubierto de su mar de piel enamorada, cuando en un beso somos todos los besos, de antes y del futuro.