
Llegaste sin aviso,
en medio de tiempos
muertos, exceso
de celos y poco aire.
Ibas y venías,
te llevabas contigo
mi mirada perdida,
gracias desde la tierra.
Empecé a seguir
las luces entre guiños,
conversaciones
rasantes, felices.
Sentir el latido
cercano, tu pecho
traía un corazón.
Despertó el mío.
Cuando alcé la vista
divisé ráfagas de amor
acompañar tu vuelo.
Caías inexorable.
Cómo reaccionar
en caso de aterrizaje
forzoso, fue natural
mi sonrisa y la tuya.
Casualidades
dirían los filósofos.
Causalidades
dirían los sofistas.
¿Cuál es la diferencia
al final del mismo resultado?
Cierto es tu vuelo
entre los cielos de mi pecho.
Bello, poeta. Tus versos alimentan el alma.
Muchas gracias amiga