
Las sutilezas del cuerpo,
vainas de colores estallan,
el barro desaparece
a medida de tus cercanías.
La carne exuda ideas,
lo siniestro a mano cambiada,
bajo tierra la idílica
escribe palabras ataviadas.
A un palmo del corazón
rompo en un río de llantos,
subo y bajo al desencanto
donde late de carne un botón.
Me inclino ante lo nuestro,
ése gozo en que se afanan
mi mano en tu sexo, fenece
cuando dentro el sol hundía.
¡Una delicia poética!
Muchas gracias
Totalmente de acuerdo con Enid.
Fuerte abrazo.
Muchas gracias.