
Para leer a Tomas
debes hacerlo de noche,
ojalá en invierno,
ojalá afuera y
ojalá con luna.
Una noche de primavera
sirve por varias razones
—Todas poéticas.
—Todas excusas.
Leer para escribir.
Para leer a Tomas
debes ser un barco.
Surcar el cielo vestido
de estrella disparada
con los ojos abiertos.
Una noche de invierno
se parece al corazón de un país.
—Las horas siglos
—Los minutos nosotros
Vivir para contarlo.
Para leer a Tomas
deberíamos ser suecos.
Donde el lenguaje empieza
a ser un árbol o un ave,
aunque parezca palabra.