
Traes tu corazón envuelto en llamas
— déjalo en mi pecho — te digo
poco a poco cambia de color,
es verde y ruge un montón
— aún es mío — vuelvo a decir.
Ahora mi corazón late en tu pecho
— no hay mejor nido — dices
aunque sigue siendo rojo
— no es como todos — repites
ambos bailan con la esperanza.
Un día a la vez devolvemos
— lo que es nuestro — te digo
nos pertenece la libertad
al amar cuando nadie mira
— aún es tiempo — creo.
Abrazo la idea noble de tus ojos
— encandilado me han dejado —
en ellos rige el sincero deseo
de vivir mirando un horizonte
— amanecer de esperanzas —
Que bien, me gustó esa conversación en un poema. Primera vez lo aprecio.