
( I )
Aquel espanto
Aquella primera vez
¿Cómo entender lo real?
Las sillas y sus mesas
tú hecha sombra alada.
Ellas
Tus alas y la cabellera
de leona.
Tus pasos parecían
de al revés o cámara lenta.
Espejismo finalmente
porque tú me viste,
pero yo te supuse,
te inventé.
Alrededor nuestro
los cuerpos parecían
muebles parlantes;
bullicio descomunal.
( II )
Seguí tu aroma
oscuro de mall
embriagado en contoneos,
hasta las luces
adoraban tu sombra ché.
No era cuento
habías desembarcado
entre vidrios kilométricos
de un rascacielos nuevo.
«tan cerca tan lejos»
mis gafas impidieron
ver la luz verde de tus ojos
de haber caído en un abismo tecnicolor.
Un ángel despierta
todos sus lados verosímiles,
por mi parte
me quedo con la paz que das.
( III )
El día me conoce y resiste
junto a las horas,
parapetado explota
con la tarde suicida.
Fué la primera vez
que no nos vimos,
sin embargo,
estábamos aprendiendo.
A buscarnos de frente,
a derretirnos, éramos la miel
a olernos, éramos la flor
a vivirnos. Éso éramos.
Dos cuerpos, dos almas,
enjambre idílico
de lo que deberíamos ser,
albergados entre nosotros.