Esperanza

Espero las horas buenas, las de dulce regocijo frente a un libro hermoso de interminable, ahí en sus propios intersicios aparecen flores en francés y otros dialectos de poetas de la prosa. Cuando reviso las páginas, siguen brotes de árboles en su línea mental de una novela atípica y el aroma de sus aún verdes pétalos a la espera de su momento.

Las otras horas son cuando te espero por un buenas noches y no llegan. Mi arte hace detener al soñoliento sol y las volátiles nubes entre las dos de la madrugada y las ocho cincuenta aún con el sol girado a sus espaldas. Marco ahí cada segundo sin tus palabras, sin tu presencia, sin ti en esencia y muero fatal porque no es de poetas fatigar al sol o dejar sin luna a los demás.

Las buenas horas llegan me miran, toman asiento, cada una con un ticket de estacionamiento para exigir devolución en caso de retrasos. Una a una las recibo y dejo hablar por cuarenta y cinco minutos, algo aliviadas se levantan y toman otra hora para la semana siguiente o quince días más. No se lo tomen tan literal les digo, tenemos tiempo. Más de alguna me mira y agita unos segunderos en señal negativa.

Por otro lado tus horas, ésas en que eres toda tú; ésas de aseo profundo y eterno, ésas de cocinera, lavandera, ésas horas no me pertenecen ergo no me perteneces, aunque me pienses o me extrañes. Esas horas constituyen días para mí la naturaleza de este texto y la extensión de tiempo corre paralela a mis horas en donde escribo sobre cómo nos adaptamos a esta nueva forma de aguantar horas y horas sin saberte, sin verte, sin leerte.

3 replies to “Esperanza

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto:
close-alt close collapse comment ellipsis expand gallery heart lock menu next pinned previous reply search share star